Abuelito se congeló de miedo ante la ira de su padre, mi bisabuelo.
Entonces yo siempre helada corría detrás del Padre Sol con mucha tristeza titiritando la frialdad del desamor y la prohibición de SER que como un hielo feroz me mordía y paralizaba, entonces, busqué hombres violentos para sanar su Furia y conocer así la herida de mi Bisabuelito. Pero estando en peligro de morir yo también de miedo, entré en mi corazón y miré con Amor a mi abuelo y le entregué su tristeza escondida detrás de su miedo frío y le ofrecí con mi honra mi flamita de perdón a mi misma y le dije que en cada libre expresión con mi arte iría El, porque yo como El soy valiente y en mi felicidad y mi emancipación Espiritual también estaría El y juntos haríamos teatro. Entonces mi abuelo sonrió y se despidió de mi y cruzó el umbral de luz que va más allá de la muerte en dónde no hay frío. Y yo me quedé tranquila con El y mi bisabuelo en el corazón.